La vida universitaria: una etapa de interesantes desafíos ¡Aprovechala!
Múltiples expectativas se generan en las familias y en los jóvenes que están finalizando los estudios secundarios. Generalmente, se proponen continuar una carrera terciaria o universitaria que otorgue una salida laboral gratificante y rentable a la vez.
Es una etapa de muchos cambios individuales, familiares, sociales y económicos, en la que se presentan sentimientos ambivalentes, por un lado: ilusiones, esperanzas, motivaciones, y también temores, angustias, desacuerdos.
Entre los jóvenes aparecen como interrogantes más comunes:
“¿Cuáles son mis gustos e intereses? ¿Tendré las capacidades necesarias? ¿Podré adaptarme a la vida universitaria? ¿Podré estudiar y trabajar a la vez?”
Y en sus padres, la ansiedad y las dudas atraviesan desde la inseguridad en la ciudad, las drogas, la exigencia del nivel académico superior, y cómo afrontar la inversión en educación y los gastos imprevistos.
Una transformación se aproxima tanto en los estudiantes que se trasladan, como en los padres y hermanos que tienen que amoldarse al lugar y al tiempo que deja disponible un joven que demandaba mucha energía en su casa, y que va camino a su autonomía y autorrealización. Además se producen grandes movilizaciones cuando vuelve los fines de semana, cambios en las comidas, hábitos, temas de conversación, costumbres que adquieren en la ciudad, apuntes, libros, cuotas, viajes, ropa.
Para comenzar la carrera y poder ir superando los obstáculos que se van presentado, es importante: conocerte a sí mismo, conocer el programa y los requisitos de cursado, el campo ocupacional, las características de la vida universitaria, adquirir métodos de estudio. A su vez, cultivar actitudes como: ser perseverante, asumir responsabilidades, ser flexible, permitirte cometer errores y aprender de ellos, tener vida social, recreación, aprovechar las distintas actividades culturales y deportivas que ofrece la universidad y la ciudad misma.
Enriquecerte de otras personas de diversos orígenes e intereses, relacionarte con profesores y personas de mayor experiencia que puedan brindarte sus consejos. Recuerda que: “si te gusta más otra carrera que la que empezaste, o no cumple con lo que creías, tenés que aceptarlo como parte de un aprendizaje, y tomarla como oportunidad para crecer.” Para todas estas cuestiones, realizar un proceso de Orientación Vocacional y Familiar puede ayudarlos.
Nuestra vida es única y cada uno hará su propia experiencia, buscando lo que brinde estabilidad emocional, intelectual, laboral y de manera imprescindible: que sea un aporte a los demás.
Junto al amor de los seres queridos y de los nuevos compañeros, usando tu capacidad y creatividad, si el contexto acompaña, podrás llegar a la meta, alcanzar tus sueños, vivir de lo que te gusta y multiplicar el bienestar a tu alrededor. ¡Éxitos!
Todos tenemos algún conocido que está por terminar el secundario, compartí con ellos esta nota 🙂
Lic. Evangelina Aronne M.P. 3528 –
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