Les cuento esta conversación con una amiga, que me autorizó a publicar para que te ayude a vos también:
+ Sil: “¿sabés que me pasa?, no me puedo relajar nunca; siento que estoy resentida con los hombres, que todos engañan, mienten, porque es lo que viví con mi viejo, la re cago toda la vida a mi vieja.
Tengo terror que me pase lo mismo, además ya tuve una experiencia con un ex, entonces ahora me cuesta confiar en Juan, tengo celos, le miro sus mensajes…
– -Entonces le dije: no lo midas con la vara de tu viejo… Juan es Juan no es Pedro, tu papá. A quien tenés como referente por todas las cosas buenas que te enseñó, pero como hombre tuvo defectos como cualquiera.
Cuesta o es casi imposible encontrar a un compañero si tenés idealizado a tu viejo, si buscás que sea como él, tanto en lo bueno y en lo malo.
+ Sil: ¿sabes qué? no soy libre, no me permito hacer algo divertido, siempre estoy pensando en el que dirán, me siento menos que otros, tengo miedo que me abandonen.
-Yo:Si, sos muy exigente, perfeccionista y eso te lleva a los extremos, al todo o nada.
A querer amoldar a tu pareja a tu manera, a controlar sus actos, a medir sus expresiones de afecto y medirte. A abandonar antes de que te abandonen.
Tenés que fluir, dejar salir a la persona hermosa que sos, despedite del personaje, ser madura no es ser una mujer seria, relajate y animate a amarlo como es, y así también sentirás que podés ser vos misma, con virtudes y con errores. La madurez emocional pasa por saber expresar los sentimientos.
Para que te amen no tenés que ser perfecta o segura.
“Tu vida es otra. Es diferente a las de tus padres. Tu historia es otra.. escribila desde ahora de un modo diferente. Escribila con él, no hagas un guión previo sola para cumplirlo de a dos.”
+ Sil: me lo voy a tener que repetir todos los días, a ver si así lo incorporo.
-Yo: ¿Segura?
+ Sil: mmm
Bueno, no sé si lo repetirá todos los días, pero al menos hoy, algo en ella cambió. Al menos pudo tener una mirada diferente de su situación y reflexionar, aunque sea por hoy, aunque sea por un instante, “pensó en ella”.