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Aunque el 14 de febrero celebremos el día de los enamorados, cierto es que “para el amor no hay día ni hora, para el amor vivimos y vivimos gracias al amor, gracias a EL, que se encarnó en un niño que se hizo HOMBRE”

Beatriz comparte sus conocimientos y mucho de lo que vivió y vive en cada etapa que va transitando. Su sola presencia ilumina y transmite amor, sus palabras sacian el espíritu así como un vaso de agua en un momento de mucha sed. En ella, hay un océano de sabiduría, tiene mucho para dar, espero contagiarles un poquito, como ella me contagia a mí, que todos tomemos un poquito, y tengamos palabras de aliento para dar 🙂

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Nos dice:  Aquí estoy retornando, finalizando tiempos de “dejar pasar los días”, de la pausa, del merecido descanso, del lapso necesario entre dos momentos diferentes, y del alejamiento de rutinas. Con el deseo de retomar el diálogo con nuestros lectores, compartiendo ideas, reflexiones, opiniones.

Evangelina dió la primera nota en esta sinfonía de letras, como siempre dispuesta a servir, a escuchar, a orientar… a animar!!!

Y yo pensaba, al escuchar radio, si estamos transitando por el mes de los enamorados – San Valentín- a cada rato induciendo a la celebración del “consumismo”, ¿porqué no hablar de su verdadero significado? ¿porqué no resignificarlo?

En la antigua Roma se realizaba la adoración al dios del amor: ” Eros” a quien los romanos llamaban “Cupido”. En estas  celebraciones se le pedían favores al dios a través de regalos u ofrendas. Otra historia algo distinta, se remonta a un par de siglos: “la fiesta de los valentinus” en Inglaterra donde se elegían hombres y mujeres para que formaran parejas, algunas se casaban para consolidar el día de San Valentín.

La más conocida se sitúa en Roma en el siglo III, época donde se prohibía el matrimonio. Aquí es donde surge la figura de San Valentín, un sacerdote cristiano que ante tal injusticia, decide casar a las parejas bajo un ritual cristiano a escondidas de los romanos. Fue encarcelado por tal motivo, y desde la cárcel le enviaba cartas a su hija Julia, firmando “tu valentín”.

Por supuesto aquí no se agotan las historias, pero lo cierto es que mundialmente se celebra de distintas formas, y con distintos rituales y tradiciones.

Y para hablar del amor tenemos que reconocer que no existen en él: categorías, estados civiles, orígenes, edades o ciclos vitales, debemos des-rotularlo, solo es amor sin exclusiones.

Tal vez no recordemos cual fue la primera vez que nos subimos a una bicicleta, o la primera vez que viajamos en auto, tren o colectivo, pero hay un recuerdo que casi todo el mundo no olvida: ¡¡el primer beso de amor!!

Existen numerosas historias de amor con protagonistas de diferentes edades: amores de niños, amores adolescentes, amores juveniles, amores  adultos…pero también la mirada de cupido se dirige a los amores de parejas maduras. Apasionados romances de esta naturaleza se reflejan en muchas películas: “Lo que el viento se llevó”, “Los puentes de Madison”, “Alguien tiene que ceder”, “Un asunto para recordar” etc., lo que nos muestra que el amor es un sentimiento eterno, en todas y cada una de las edades de la vida.

Haber dejado atrás la adolescencia y la juventud, no significa invalidar las emociones, la magia irrepetible del amor estará presente mientras vivamos, porque “EL AMOR ES LA GRAN FUERZA QUE MUEVE LA TIERRA”

Lic. Beatriz Cruces  Terapeuta Familiar – Trabajadora Social – Asesoramiento a Terapeutas – Múltiples Miradas