Miremos al Bullying de cerca

Seguinos en FACEBOOK

Psicología en Córdoba

¡Comienzan las Clases! 

Entusiasmados preparamos todo lo necesario para el cole,  hacemos los últimos retoques de uniformes, chequeos médicos y ponemos el despertador luego de un par de meses.

También la camarita para retratar el primer día de clases, la filmadora para inmortalizar las primeras canciones,  las primeras impresiones frente a la bandera, o en los más grandecitos,  registrar lo que pronto se transformará en anécdotas familiares.

Considero que es nuestra responsabilidad brindarles información acerca del acoso que se produce en el ámbito escolar, que muchas veces miramos de lejos… estar atentos, detectar,  e intervenir cuando sea necesario, es parte de nuestro rol, como padres, educadores, profesionales, gobernantes y como miembros de una misma sociedad.

Una realidad peligrosa: el Bullying

Frases como “Mi hijo llora y no quiere ir a la escuela”, “mis compañeros me pegan y me sacan las  cosas”, “no quiero ir al colegio”, entre otras, se relacionan con una alarmante situación: el incremento de los casos de Bullying. Por ello este tema empezó a ser abordado con mayor énfasis en distintos medios de comunicación, en las escuelas y entre los padres, aumentando las consultas a los profesionales de la salud.

El Bullying se refiere al acoso u hostigamiento escolar, ya sea que se manifieste en el aula, en el colegio o fuera del ámbito de la escuela. Engloba una serie de conductas que tienen como base al maltrato psicológico, verbal, físico o emocional que se produce entre niños y jóvenes en edad escolar.

Esta violencia se da de manera reiterada (es decir, es metódica y sistemática), se mantiene a lo largo del tiempo, y en la mayoría de los casos se oculta silenciosamente, donde el componente del miedo a comunicar lo que sucede es claramente paralizante.

El Bullying, tiene como trasfondo que todo lo que se perciba como diferente, distinto, incluso como amenaza, puede ser foco de tales agresiones.

Vemos que, como se trata de un tipo de violencia es claro que hay una víctima y un agresor. En el caso de la víctima, se trata de niños o adolescentes que sufren una gran intimidación por parte del o de los agresores; por lo general manifiestan que no desean ir a la escuela, están en estado de tensión o nerviosismo constante, tristes, se los ve muy solitarios, no participan de actividades grupales, se aíslan, pierden sus pertenencias o tareas.

En los casos más graves, las personas que sufren estas formas de hostigamiento, pueden incluso tener ideas suicidas o hacer efectivo el suicidio, dado el monto de angustia que representa esta situación, ya que a nivel de estructuración del psiquismo, en una persona, algunas etapas de su  ciclo de vida son más claves y vulnerables que otras (por caso, el paso de la infancia a la pubertad o adolescencia).

La violencia se naturaliza tanto, que la víctima siente que carece de sentido comunicar lo que le pasa, aprendió a callar por miedo, angustia e incluso por temor a que no sea creíble lo que le sucede. Para poder salir de este círculo violento, necesita de la escucha, de la contención, y del acompañamiento emocional y físico necesario.

Por otra parte, el agresor, es percibido real o simbólicamente como poderoso, por lo general actúa con la complicidad de otros, usando también con ellos esta imagen de fortaleza real o simbólica.

Por medio de su agresión busca intimidar, someter, reducir emocional e intelectualmente a la víctima; ya sea para obtener algo material, ya sea para ganarse el reconocimiento de los demás, o incluso por la sola necesidad psicológica de dominar, agredir o someter a alguien más.

Los agresores utilizan una serie de conductas para hacer efectiva la violencia y la agresión, ya sea por medio de desprecio, desconsideración, ridiculización, burla, poner apodos o motes, vejaciones o conductas sexuales no deseadas, amenazas, golpes, y la consecuente estigmatización de la víctima. Todo esto obviamente, no hace más que demostrar la enorme necesidad afectiva y emocional que tiene el agresor.

Más allá de los casos específicos y puntuales, es cierto que como sociedad debemos apuntar a la prevención, la cual puede desarrollarse a través de un diálogo fluido y confiable en el seno de la familia, la formación de los docentes, las campañas de los medios de comunicación, la legislación coherente al respecto y sobre todo, el acompañamiento por medio de medidas directas de ayuda a quienes estén involucrados en estos casos (tanto a la víctima en si, como al agresor, ambos están ávidos de contención, en su red social y también por parte de los profesionales que pudieran acompañarlos en todo el proceso de salir de una situación de violencia).

Como sociedad debemos sentar las bases para mejorar la convivencia, enseñando a manejar y resolver los conflictos de una manera responsable, participativa y pacífica.

 María del C. González Grané
Licenciada en Psicología (M. P. 6351)

¡Muchas Gracias Lic. por sus artículos que aportan tan claros conceptos y pautas!

Quienes quieran compartir sus artículos, sólo deben enviarlos a multiplesmiradas@gmail.com, en tamaño 1 hoja A4. ¡Bienvenidos!
 

¿Te gustó? Compartilo o dejá un comentario

Otros artículos para vos

¿Cuándo consultar con un psicólogo?

Son muchas las causas que pueden requerir una consulta con un psicólogo.

Podemos mencionar  algunas situaciones frecuentes como:

Sensación prolongada de desesperanza, tristeza y agobio.
Consultanos:  Psicoterapia Integrativa Córdoba

Leer más »

Cadenas rasgadas del amor

La idea de amor eterno: Cuántas veces escuchamos decir “Si hay amor, lo demás no importa”, “lo importante es que se quieren” u otras frases impulsoras de soportar lo que sea con tal de mantener la eternidad en la pareja. Esto nos lleva a experimentar situaciones completamente denigrantes, como abuso de poder, violencia psicológica/física/sexual, indiferencia.

Leer más »

Hablemos

Llená el formulario y te escribiremos a la brevedad.

Abrir chat
¡Hola! ¿en qué podemos ayudarte?
¡Hola! ¿en qué podemos ayudarte?