Esta vez, no son las picadas de sabor casero sino de sabor amargo: “las automovilísticas.”
El tema se instala en los medios y de allí a los hogares, clubes, lugares de trabajo, cuando quienes protagonizan picadas son personas conocidas, o son menores los responsables.
Pero, las pérdidas fatales por imprudencia en el volante de acuerdo a las estadísticas son ALARMANTES. Ver en Asociación Luchemos por la Vida 7659 personas en el 2010.
Como toda alarma debe llamarnos a la prevención y acción. Basta de oídos sordos. Basta de atropellos. Respetemos la Vida.
Beatriz, Trabajadora Social y Terapeuta Familiar del equipo de Múltiples Miradas, reflexiona:
Ahora piden “tomar conciencia y una condena ejemplar” y yo me pregunto, y todos nos preguntamos seguramente, ¿porqué ahora? si siempre existieron.
Es el efecto detonante de las noticias hipersaturadas de información y fatalismos, pero nunca resultado de un verdadero sentido del valor de la vida.
Valor que junto a otros valores, se ha olvidado o perdido en la caja de pandora que contiene todos los indicadores del “consumismo salvaje” aprobado y apropiado por cada ciudadano.
Ciudadano que no elige “persé” sino por “moda” o por “valores impuestos” por las costumbres y usos, que no llevan a buen puerto, sino que confirman el “nihilismo” que caracteriza una sociedad tentada por el facilismo y el inmediatismo para obtener todo lo que se desea.
Boliches, bailes, alcohol y drogas, propician aún más esos deseos de poseer sin límites y de poder ensordecedor, que no permite escuchar más que ruido de motores y frenadas, que aislan cada vez más de la verdadera “escucha”: consejos de los padres, límites propios y ajenos, normas de tránsito, respeto por el otro, como un legítimo otro. Como alguien muy próximo, tan próximo que puedo ser “yo mismo”… y ¡¡¡nada!!!
Dicen algunos que no hay controles, otros hacen hincapié en denunciar picadas, en 50 barrios generalmente de noche y los fines de semana, pero nadie responde en relación a la prevención.
Todos hablan de poner límites desde los padres, desde la autoridad vial, desde el código de tránsito, pero rara vez la policía se encarga del problema, los inspectores de tránsito proponen desalentar las picadas, instalando reductores de velocidad -plásticos abulonados a las calzadas, badenes y lomadas de material.
Seguramente, nada de lo que se implemente devolverá la vida de tantas víctimas a las familias, amigos, compañeros… y ¿las víctimas? sus deseos de vivir, proyectos, esfuerzos, sueños.
¿Dónde quedan? Seguramente en la responsabilidad de padres carentes de recursos para brindar un marco de reglas y pautas a sus hijos que “ADOLECEN” QUE NO SABEN DEL VALOR DE LA VIDA PROPIA Y AJENA.
Entonces a ¡¡DETENERSE!!, paremos en esta vorágine que no nos deja SER, que nos invita a TENER… ropas, bebidas, estimulantes, drogas, velocidad, competencia, etc.
Pongamos fin a esta INJUSTICIA de los “fines de semana” en los que “algunos” se divierten y otros pierden la vida como consecuencia de esas diversiones.
Queridos padres: orienten, expliquen, pongan límites, y comuniquen a estas nuevas generaciones que dependen de ustedes: que crecer a partir de los errores, es poder ver la oportunidad que nos brindan para corregir, para aprender que el fracaso abre la puerta a un aprendizaje… en este caso muy “costoso” y que sobre todas las cosas Dios nos ha creado para VIVIR, no solo para EXISTIR, y nos pone oportunidades en camino, y nos interpone obstáculos, cuya única meta será APRENDER,
¿qué tenemos que aprender de estos hechos? como personas, como padres, como hermanos, como familia, como sociedad… seguramente más allá de leer una noticia, más allá de un impacto… ¡Mas allá de todo!!!
SEGURAMENTE MUCHO QUE APRENDER Y PROPONER.
Es el momento de ¡¡Salir de la “platea” y ponernos en escena!!
Lic. Beatriz Cruces
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