Análisis y opinión de la presidenta del Colegio de Psicólogos de la Provincia de Córdoba:
14/7/2009 Diario Comercio y Justicia
Mientras la Organización Mundial de la Salud (OMS) aseguró ayer que la pandemia de la gripe A “es imparable” y que todos los países necesitarán la vacuna, el tratamiento de la información sobre la influenza y su impacto en la población está siendo materia de análisis para los psicólogos.
En Córdoba, el Colegio de Psicólogos adhirió al pronunciamiento de la Federación de Psicólogos de la República Argentina contra los “excesos mediáticos” que, según precisaron los profesionales, “han generado verdaderas epidemias de pánico, que lejos de favorecer la movilización social resolutiva, crean una profunda incapacidad psicológica para el afrontamiento eficaz y solidario de la epidemia viral, pudiendo igualmente aumentar la ansiedad de grupos vulnerables en lugar de disminuirla”.
En este sentido, Cristina Bravo, presidenta del Colegio de Psicólogos provincial, agregó a Comercio y Justicia que “lo más grave es (el daño) que se hace a la salud mental de la población” cuando, en lugar de prevenir, se instala un estado de miedo que no posibilita actuar. Al mismo tiempo, rechazó cualquier forma de manejo político del tema en aras de mezquinos intereses.
Para la titular del colegio, durante la semana pasada se generó tal “caos informativo” que lo consideró como una “desconsideración de los medios de comunicación hacia la población”.
Además, evaluó que un “evidente bombardeo” desde los medios “ha generado una psicosis” que se tradujo en farmacias sin stock de alcohol en gel ni barbijos porque la gente se agolpó a comprar.
“Los medios deberían tranquilizar insistiendo en las medidas de prevención. Con esto no estoy diciendo que dejen de exigir que desde el Gobierno se dispongan todos los recursos humanos y presupuestarios que sean necesarios para enfrentar la gripe, pero la semana pasada había medios donde no se escuchaba ni respetaba la opinión de los científicos, o se trataba de mostrar que el Gobierno no tomaba ninguna medida”.
Los cambios de hábitos cotidianos, tanto laborales como escolares, y la penetración del tema hasta convertirse casi en el único del que se habla en todos los ámbitos, ha engendrado el uso de un nuevo vocablo que comienza a emerger en el uso popular: “gripemanía”.
Consultada al respecto, la dirigente sostuvo que si bien en el ámbito profesional no se utiliza esa denominación, “esta expresión cultural, de deformación del discurso, es el síntoma que expresa una conducta patológica”.
Para Bravo, frente a la epidemia hay que recuperar los lazos comunitarios y evitar las situaciones confusionales. “Hay algunos que se deprimen y otros que lo viven como algo traumático, hay quienes no pueden pensar por el gran temor, incluso hasta llegan a hacer lo contrario de las medidas que se están tomando en materia de prevención, por ejemplo, personas que aun sintiendo síntomas gripales van a trabajar”.
“En estos casos -agregó- hay un funcionamiento disociado donde se niega la realidad como si no existiera y esto nos llega desde la dictadura, donde se vivió un apartamiento del Estado en la protección de la población. Observo que las secuelas traumáticas persisten indefinidamente en nuestra sociedad. Hemos perdido los lazos y se manifiesta en la falta de solidaridad”.
Finalmente, señaló que tanto los psicólogos como los trabajadores sociales podrían ayudar en esta pandemia con el trabajo de concientización en terreno en las zonas más vulnerables aportando elementos sobre la prevención y la salud mental de esos sectores.
fuente: http://www.comercioyjusticia.com.ar/pagina.asp?id=13634