La cuestión de la espiritualidad me acompañó por Roma, Florencia, Venecia, San Severino Marche, Loreto, Barcelona, Girona, Santiago de Compostela, Paris, Toledo, Madrid, magestuosos templos y a su alrededor, millones de peregrinos, fieles y turistas.
Luego de visitar tantas ciudades en las que las iglesias son el orgullo arquitectónico, quedé admirada por tanta belleza. ¡Incalculable, intransferible e imposible de captar con mi camarita!
A continuación observaba, la actitud de las personas y me llamó la atención la velocidad con que muchos, sacaban fotos y pasaban delante de imágenes y esculturas de santos, sin detenerse a meditar, apurados por conocer más, bah, por sacar fotos para mostrar o demostrar no sé que a quién… Otros no necesitan iglesias ni hacerse ver para conectarse con Dios, buscan intimidad, reflexión, entrega.
La inteligencia espiritual, es un tema que me inquieta muchísimo, que cada día veo más efectos positivos en los consultantes, y siento necesidad de difundir para que más personas vivan mejor y contagien hasta expandir bienestar 🙂
Diversidad de miradas y paradigmas científicos
- Los aportes desde una perspectiva filosófica y psicoterapéutica existencial acerca de los desarrollos de sentido de vida, los valores y el significado personal de V. Frankl(1966) han enriquecido la noción de espiritualidad en el campo psicológico .
- Desde el punto de vista ontológico, los cognitivos aportan que el modo humano de “ser en el mundo” consiste en buscar y crear significados. Por lo tanto un enfoque ontológico de la personalidad y la psicopatología debe conducir a una ” ciencia del signicado personal” ( V. Guidano, 1994).. “permitiendo a los terapeutas promover nuevos niveles de comprensión y que los procesos autoorganizadores del paciente influyan en la estrategia psicoterapéutica..”
- Así tambien desde una mirada cognitiva integrativa, el desarrollo y jerarquización de “estructuras de significado” y las nociones de “perdurabilidad” y “recogimiento” de H. Fernández Alvarez (1992) nos aportan datos sobre el desarrollo y maduración en la adultez de la espiritualidad y la autotrascendencia a lo largo de la vida.
- Desde una perspectiva psicoanalítica, inconciente y arquetipos fueron explorados por C.G. Jung (1957). Sus inquietantes aportes al estudio de la religión, la espiritualidad , los procesos de individuación y la personalidad, exploran una naturaleza humana“bipolar”, con un par primario “instinto-espítitu” e incorpora conceptos orientales jerarquizando lo intuitivo, desafiando a su maestro cuando se niega a la práctica de “una psicología sin alma”.
- Para Jung lo espiritual es primario y no puede derivarse de una fisiología instintiva. En suma (como lo expresaría en estos últimos años H. Fiorini acerca de la “creatividad“) la espiritualidad no se reduciría a procesos sublimatorios y reclamaría un espacio original; pero original “adentro” y no “afuera” del psiquismo..¿en el sí mismo…?
Una de esa celdas o “inteligencias”, según Gardner (2001), sería la inteligencia espiritual .
Avanza más en este terreno Robert Emmons(1998) cuando expresa que lo “espiritual tiene que ver con el significado último” y habría por lo menos cinco componentes de la inteligencia espiritual:
-capacidad de trascendencia, -capacidad de experimentar estados elevados de conciencia, -capacidad de influir en las actividades cotidianas y relacionarlas con un sentido de lo sagrado, -posibilidad de utilizar recursos espirituales para resolver problemas de la vida, -posibilidad de comportamientos virtuosos.
Acerca de esos comportamientos virtuosos podrían ser, siguiendo a Emmons: -capacidad de perdonar, -expresar gratitud, -humildad, -compasión. …
Extraido de: http://www.monografias.com/trabajos10/espauto/espauto.shtml
Seguiré buscando aportes… 🙂
Quien dijo que todo está perdido, yo… vengo a ofrecer mi corazón…