Meses atrás les acercamos algunas pautas para las personas que tienen a su cargo algún familiar enfermo, pueden releer aquí: Cuidadores a cuidarse 🙂
En esta oportunidad, Valentina Candini, de Múltiples Miradas, pensando en los sentimientos de los niños frente a un familiar enfermo, nos da a conocer las reacciones más frecuentes, y algunas pautas para contenerlos y acompañarlos en la expresión de sus emociones.
Cuando una persona se enferma, todo el sistema familiar atraviesa cambios y se enfrenta con nuevos desafíos. Toda la familia ingresa en un proceso de transformación. Los niños, no están exentos de ello, por lo que necesitan explicaciones claras sobre lo que está ocurriendo.
Al brindar cuidados a un familiar enfermo, por lo general los niños reciben menos atención, las rutinas habituales se modifican, la organización familiar se altera y muchas veces se les pide que colaboren con los cuidados del enfermo y las tareas del hogar.
A su vez, con frecuencia los papás abocados a las tareas de cuidado de su ser querido, olvidan considerar lo ansiosos y confundidos que pueden sentirse sus hijos ante esta nueva situación.
Los niños son sumamente sensibles, sus sentimientos de simpatía y de tristeza son tan profundos como los del adulto. Al mismo tiempo, son maravillosos en cuanto a la aceptación y la virtud de no juzgar. Por más difícil que resulte tener que explicar a los niños que su pariente está enfermo, vale la pena hacerlo.
¿Cuáles son los sentimientos más comunes que experimentan los niños?
- Tristeza por los cambios de la persona enferma.
- Están confundidos, no saben por qué se enfermó.
- Se preocupan por la enfermedad, se cuestionan si ellos o sus padres pueden padecerla.
- Se culpan por enojarse o perder la paciencia.
- Están celosos por el tiempo que le dedican al familiar enfermo y se lo restan a él. Se sienten desplazados emocionalmente.
- Los pequeños pueden sentirse responsables de la enfermedad porque se portaron mal o tuvieron malos pensamientos.
- Se sienten tristes porque su ser querido ya no es más como antes. Las cosas cambiaron, la vida cambió para ellos.
¿Cómo pueden reaccionar?
Las dificultades en entender y aceptar la enfermedad pueden manifestarse como:
- Aislamiento o alejamiento del enfermo. Quieren pasar el menor tiempo posible con él.
- Pierden fácilmente la paciencia y se enojan con todos y por todo.
- Pueden quejarse de dolores de estómago, de cabeza, tener problemas para dormir, pesadillas, etc.
- Falta de atención y concentración en la escuela.
- Aislamiento de sus amigos, no los invitan a la casa o en la escuela pueden estar solos.
- Llaman la atención permanentemente.
- Aún con una carita alegre o sonriente, pueden ocultar que están asustados o alterados.
SUGERENCIAS
Cuando hable con ellos:
- Trate de buscar el momento y lugar adecuado para hacerlo.
- Tal vez deberá hacerlo en etapas o repetir la información en diferentes momentos.
- Es importante que tengan confianza en usted, hábleles siempre con la verdad, adaptada a su edad y vocabulario.
- Estimúlelos a que pregunten y escúchelos atentamente.
- Esté atento a los cambios repentinos de humor y de comportamiento. Hable con ellos.
- Tranquilícelos, abrácelos y mímelos. Aun dedicándole mucho tiempo a su familiar enfermo, no olvide que su familia y en especial sus hijos, lo necesitan mucho.
- Demuéstrele que los quiere.
- Use ejemplos de la vida diaria para explicarles lo que está pasando.
- Ponga en práctica el sentido del humor, tome algunas situaciones en forma cómica. Recuerde que no nos estamos riendo del paciente, sino que estamos suavizando algunos hechos.
- Enfatice los aspectos positivos del paciente y las cosas que aún puede hacer.
- Incentive a los niños a que lo ayuden con aquello que le cuesta más hacer. Haga que se sientan parte importante en los cuidados.
- No los atemorice con lo que vendrá. Es importante que los niños lo disfruten como es. Los niños son más auténticos.
- No les de demasiadas responsabilidades con el enfermo.
- El niño puede participar de las actividades diarias sencillas, lo que ayudará a una mejor comunicación con el paciente.
- Compartir momentos lindos es importante para ambos. Es por ello que pueden caminar algunas cuadras con el ser querido, ir a la plaza, participar de algunos juegos (dominó, cartas, etc.), escuchar música, mirar fotos viejas, ver una película, etc.
Sin lugar a dudas, los niños pueden hacer mucho por su ser querido enfermo, pero asegúrese de explicar lo que ocurre y de valorar sus esfuerzos.
Dígale lo orgulloso y contento que esta de él y que lo ama.
Por Valentina Candini del equipo: Múltiples Miradas – valentinacandini@gmail.com
¡GRACIAS VALENTINA!
Quiero agradecerles los mails y mensajes que envían día a día
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