Acompañando a bien morir

Gabriela Sito, es una colega de Río Negro, que gracias a la red sistémica que integramos junto a otros psicólogos de Argentina y otros países,  tengo el placer de conocer virtualmente. Deseo que puedan descubrirla a través de sus escritos y  enriquecer sus almas.  Es una delicia, que generosamente pone a nuestra disposición en este medio.   ¡Gracias Gabi!

Vivimos tiempos de inmediatez, individualismo, materialismo, de culto a la estética y a la juventud eterna. Hay poco lugar y poco tiempo para acompañar… mucho menos para acompañar a morir… mucho más difícil, pero no imposible, es acompañar a bien morir…
“Vivimos a mil”…¿tenemos tiempo para los  encuentros “verdaderos”?: con la vida, con  nosotros mismos, con los otros, con la muerte…
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Si nos enfermamos “terminalmente” o si enferma un familiar, podríamos pedir el “no encarnizamiento terapéutico”  y ser acompañadas y acompañados en una “muerte digna, entendiendo como tal aquella sin dolor, con lucidez para esta experiencia reflexiva y con capacidad para recibir y transmitir afectos”. (1)

He visto familias transitar con recursos que no imaginaban tener, ese momento tan trascendente en sus vidas: la  enfermedad y muerte de un ser querido.
Muchas veces la  persona enferma da lecciones de vida a sus familiares y profesionales tratantes ya que, “en el mismo momento de mayor dolor y mortificación física y moral, cuando la situación parece llegar a un punto verdaderamente insostenible, allí, precisamente donde el enfermo siente que toca fondo, de pronto descubre un nuevo espacio: otra dimensión de su realidad humana”. “De súbito advierte que ya no está restringido a la vivencia de sentirse confinado a ese cuerpo dolorido y maltrecho, puede ocupar un nuevo espacio que…resulta tibio y confortable”. (2)

Desde ese espacio,  “elevado” o “más allá” del dolor y del deterioro físico las personas en el momento final de sus vidas pueden, desde concretar proyectos pendientes hasta despedirse cálidamente de su familia y de la vida que “valió la pena” ser vivida.

“Los que tienen el amor y el coraje necesarios para sentarse al lado de un muriente, en un silencio que supera las palabras, saben que ese instante no es terrorífico ni doloroso. La muerte tiene lugar en la calma, probable paso hacia un mundo y un modo de existencia que el muriente ya ha entrevisto”. (3)

Ojalá que todos podamos acompañar y ser acompañadas y acompañados a bien morir.

Ojalá que todos podamos aprender a bien vivir, honrando la vida al decir de Eladia Blazquez, y que así en la vida como en la muerte tengamos la posibilidad de encontrarnos humanamente en la profundidad de una mirada, en la calidez de un abrazo.

“SUMAR MANOS ES LA CUESTION” como motiva la foto… 🙂

(1) Maglio, Francisco. La Dignidad del Otro.  Zorzal. 2008.
(2) Dopaso, Hugo. Así en la Vida como en la Muerte. Una visión transpersonal del proceso humano de vivir y de morir. Longseller. 2003
(3) Kubler-Ross, E. Sobre la Muerte y los Moribundos. Grijalbo. 1995.
Publicado en Río Negro On-line. Diciembre 2010.

Gabriela Sito. Lic. en Psicología. www.gabrielasito.com.ar

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