Los invito a leer tranquilos, a reflexionar y compartir este mensaje 🙂
Cada camino que elegimos, cada decisión que tomamos nos lleva indefectiblemente a un rumbo o a otro. Es decir que somos los arquitectos de nuestra propia vida, tenemos la posibilidad de escoger que queremos hacer, como, cuando, forjando así nuestro destino.
Muchas veces sentimos que las cosas no salen como queremos, ya sea porque no nos fue bien en un examen, la persona que creíamos correcta para acompañarnos nos decepcionó o porque no manejamos bien ciertas circunstancias en el momento preciso. Esto nos lleva a preguntarnos
¿Qué pasó? ¿Por qué me paso a mí?
Y la respuesta de algunas personas es “tuve mala suerte”, como si la vida fuera un juego de ruleta donde solamente el azar tuviera un rol preponderante.
Pero la vida es un juego serio, donde cada uno tiene la dicha de poder tomar decisiones, elecciones y sería bueno poder tomar conciencia de que la suerte queda a un lado. Atribuirle a la mala fortuna las pérdidas, fracasos o desencuentros, es no reconocer que a veces nos equivocamos y que es necesario mirarnos para ver cuál ha sido el error y así corregirlo, llevándonos a una experiencia de auto aprendizaje y crecimiento interno.
Como dice Daniel Martínez “creo importante darse cuenta que somos artífices de nuestro propio camino, que podemos desarrollar diferentes capacidades, que la voluntad se puede fortalecer, que la inteligencia se puede agudizar y que los conflictos se resuelven”. Si nos quedamos en el “no puedo” o en el “tengo mala suerte” será difícil que podamos cambiar o mejorar la situación para alcanzar nuestro deseo. Es importante comprender que las cosas no suceden porque si, sino que tiene que ver con nuestro proceder.
Cuando emprendemos un proyecto o un desafío debemos saber que nada es mágico, que las cosas tienen su tiempo, que los errores que podemos llegar a cometer no son solo eso, sino que es la muestra de lo que debemos corregir o es implemente un peldaño mas que se debe escalar para conquistar nuestro anhelo. Esto nos permitirá aceptar que, aquello que parecía un fracaso, no es más que una valiosa enseñanza, como dice Lavoisier ” nada se crea ni nada se destruye, todo se transforma”. Así como los cascotes de una demolición se utilizan luego para los cimientos de un nuevo edificio, apelemos a nuestra capacidad de renacer, de reinventarnos, pensando que ya no partimos de cero sino que contamos con la sabiduría que nos dejó el camino transitado.
Thomas Edison intentó por muchos años construir un tipo de batería de almacenaje de cargas eléctricas. Luego de infinitas pruebas, no lo pudo conseguir y sus finanzas se agotaron. A los meses su taller se incendió con todos sus aparatos y escritos adentro.
Charles, el hijo del inventor, buscó temeroso a su padre temiendo que su ánimo este destruido. Sin embargo lo encontró contemplando el fuego con serenidad. A la mañana siguiente Thomas se acercó a las ruinas con tranquilidad y exclamo: ” hay algo valioso en el desastre, se quemaron nuestros errores. Ahora podemos comenzar de nuevo”.
Meses más tarde del incendio Edison se las ingenio e invento el primer fonógrafo.
Esta pequeña historia nos lleva a reflexionar que cada día es una nueva oportunidad para recomenzar por mas desastroso que parezca todo alrededor.
A veces pensamos que la vida nos destruye algo, pero en realidad sucede que se llevo aquello que ya no debía estar.
Para finalizar, un fragmento para pensar…
Invictus (Ernest Henley)
Fuera de la noche que me cubre,
Negra como el abismo de polo a polo,
Agradezco a cualquier dios que pudiera existir
Por mi alma inconquistable.
En las feroces garras de las circunstancias
Ni me he lamentado ni he dado gritos.
Bajo los golpes del azar
Mi cabeza sangra, pero no se inclina.
Más allá de este lugar de ira y lágrimas
Es inminente el Horror de la sombra,
Y sin embargo la amenaza de los años
Me encuentra y me encontrará sin miedo.
No importa cuán estrecha sea la puerta,
Cuán cargada de castigos la sentencia.
Soy el amo de mi destino:
Soy el capitán de mi alma
Bibliografía: Martinez, Daniel. Decisiones: un libro para darse cuenta. Buenos Aires.Ed.
Andromeda.2009.
Soledad Gallastegui M.P. 7526
solegallastegui@gmail.com
¡Gracias Soledad Gallastegui de Múltiples Miradas por esta conmovedora nota!
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