REGULACIÓN EMOCIONAL: CLAVE PARA EL BIENESTAR PERSONAL
Imaginá que estás en el trabajo y recibís críticas constructivas de tu superior sobre un proyecto en el que has estado trabajando. Tenés una reunión y te señala algunos puntos que podrían mejorarse. ¿Cómo te sentirías? ¿Cuál sería tu reacción? ¿A qué conclusiones llegarías?
Los infinitos desenlaces de esta situación están relacionados con la capacidad de gestionar las emociones de cada persona, es decir, con la regulación emocional.
Esta habilidad no solo impacta en nuestro bienestar psicológico, sino también en nuestra calidad de vida en general. Te preguntarás entonces qué es la regulación emocional, por qué es importante y cómo se puede fortalecer. ¡Vamos a responder todas estas preguntas!
DESDE EL COMIENZO: ¿QUÉ ES LA REGULACIÓN EMOCIONAL?
Partimos de la base de que no existen emociones buenas y malas, sino agradables (cómo la alegría, la sorpresa, la ternura) y desagradables de sentir (cómo la culpa, el miedo o la vergüenza). Todas ellas nos aportan información valiosa.
A diferencia de lo que muchas personas creen, no se trata de suprimir, evitar o desestimar emociones. Todo lo contrario: la regulación emocional es la habilidad de reconocer, comprender y responder de manera adaptativa a nuestras emociones según la circunstancia y el contexto social y personal.
Volvamos al ejemplo del inicio: recibís críticas constructivas de tu superior. Para pensar este ejemplo, vamos a diferenciar componentes en la regulación emocional y ejemplificar con una regulación funcional y una disfuncional.
- Reacción inicial:
a) ¿Escuchás atentamente las críticas sin interrumpir?
b) ¿Inmediatamente te sentís molesto/a y a la defensiva cuando escuchás las críticas?
- Procesamiento vs reacción emocional:
- ¿Te tomás un momento para respirar profundamente y reflexionar sobre las críticas?
- ¿Respondés de manera impulsiva y defensiva, argumentando en contra de las críticas sin escuchar completamente lo que te está diciendo?
3) Análisis:
a) ¿Evaluás objetivamente las áreas que podrían mejorarse y reconocés que la crítica no es personal, sino una oportunidad para crecer profesionalmente?
b) ¿Te sentís frustrado/a y molesto/a, pensando que tu superior no valora tu trabajo y que estás recibiendo críticas injustas?
4) Respuesta adecuada vs respuesta inadecuada:
a) Expresás tu agradecimiento por el feedback y preguntas específicas sobre cómo puedes implementar las mejoras sugeridas.
b) No lográs procesar constructivamente las críticas y te retirás emocionalmente de la conversación.
5) Acción vs impacto:
a) Implementás las sugerencias de manera constructiva y te comprometés a mejorar el proyecto.
b) La relación con tu superior se ve afectada negativamente, y la calidad de tu trabajo puede sufrir porque no implementás las mejoras sugeridas de manera efectiva.
Con este ejemplo podemos ver cómo podemos llegar a resultados absolutamente diferentes si nos damos cuenta de qué sentimos, entendemos qué información nos brinda ese sentir y evaluamos cómo reaccionar teniendo en cuenta nuestra situación personal y contexto en el que nos encontramos.
¿CUÁL ES LA IMPORTANCIA DE LA REGULACIÓN EMOCIONAL?
Tal como hemos visto con el ejemplo anterior, su importancia es clave para nuestro bienestar. Tenemos varios puntos importantes que destacar.
Por un lado, es fundamental para nuestra salud mental: regular nuestras emociones ayuda a reducir el estrés, la ansiedad y la depresión. Permite enfrentar mejor los desafíos diarios y promueve una mayor estabilidad emocional.
Por otro lado, nos permite construir y sostener relaciones interpersonales saludables: al ser capaces de regular nuestras emociones, podemos comunicarnos de manera más efectiva, mejorar la empatía y fortalecer nuestros vínculos con los demás.
Por último, tiene un impacto positivo en nuestro rendimiento laboral, educativo o en la actividad o meta que nos propongamos. La regulación emocional contribuye a una toma de decisiones más consciente y a una gestión efectiva del estrés, lo cual puede mejorar el desempeño y la satisfacción en las tareas, esfuerzos y proyectos que tengamos.
TE PREGUNTARÁS POR DÓNDE EMPEZAR…
Como mencionamos, la regulación emocional es la habilidad para reconocer, comprender y responder de forma adecuada y adaptativa a nuestras emociones. Entonces los tres puntos claves para mejorar la regulación emocional son:
- La conciencia emocional: Reconocer y etiquetar nuestras emociones es el primer paso para regularlas.
- La aceptación: Aprender a aceptar nuestras emociones sin juzgarlas como buenas o malas es clave. Esto nos permite manejarlas de manera más constructiva.
- Las estrategias de gestión: Desarrollar técnicas específicas para manejar emociones intensas.
Existen muchas técnicas que pueden ayudarte a fortalecer estos puntos. Algunas de ellas pueden ser: practicar la meditación, escribir un diario de emociones, practicar la comunicación asertiva, informarte sobre la función que cada emoción tiene, entre otras.
REGULACIÓN PARA EL PASADO, PRESENTE Y FUTURO
Muchas veces, nuestro sentir está vinculado a momentos pasados no resueltos y/o no identificados. Si tu reacción y tu sentir son desmedidos o no coinciden con la situación que estás viviendo, pedí ayuda profesional. Hacer terapia te puede ayudar a conocerte más, identificar qué sentís, resolver dolores pasados y conocer estrategias específicas para gestionar tus respuestas.
La regulación emocional no es solo una habilidad personal; es una herramienta poderosa para vivir una vida más plena y satisfactoria. Al practicar y mejorar esta habilidad, podemos cultivar relaciones más sanas, mejorar nuestro rendimiento en todas las áreas de la vida y promover un mayor bienestar emocional y mental.
Invertir en nuestra capacidad de regular las emociones es una inversión en nuestra calidad de vida a largo plazo.