Las redes sociales y las parejas

Nota  publicada en Revista Bella septiembre 2009

Las nuevas tecnologías y las nuevas maneras de expresar emociones

¿Imaginaste alguna vez que con sólo poner el nombre y apellido de una persona en tu p.c. y hacer click podías encontrar sus datos personales y profesionales?

Apuesto a que no. Ni remotamente lo imaginaste. Pero, es así,  desde hace tiempo es posible comunicarnos rápidamente y acortar distancias con todo el mundo. Las tics, (tecnologías de información y comunicación) ya son parte de nuestra cotidianeidad, convivimos con ringtones de celulares y sonidos de notebooks que se abren en cualquier espacio público con wifi.

Estamos inmersos en una cultura adolescente que utiliza un lenguaje inentendible para algunos adultos y debemos adaptarnos a algunos términos ya instalados socialmente.

Usamos abreviaturas, iconos, emoticons para expresar lo que sentimos.

La mayoría tenemos una identidad virtual, una cuenta de email, un perfil en facebook, en HI 5 u otra red social, un blog, usamos un seudónimo, frases en el msn para comunicar si estamos bien, mal, ocupados, libres o queremos promocionar algún evento importante o un servicio profesional.

Estas herramientas (Tics) nos conectan con gente conocida o desconocida, cercana o lejana, podemos ver fotos, publicar notas, leer últimas noticias, publicar videos, etiquetar a amigos, jugar, etc.

Gracias a esta posibilidad, muchos descendientes de inmigrantes pudimos reencontrarnos con nuestros antepasados, con tíos y primos de nuestros padres; conocernos cara  a cara en forma virtual pero en tiempos reales y afianzar vínculos. Sin duda, es una instancia reparadora para quienes no pueden volver a su  patria. Ya que permite llegar a las raíces, completar la genealogía y recuperar identidades con quienes nos unen lazos sanguíneos.

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Por otra parte, las redes sociales, acercan a ex compañeros de colegio y muchas relaciones que están debilitadas se fortalecen.

En la educación nos permite, realizar cursos on line, debatir temas en foros, consultar al profesor, todo desde nuestra casa.

En el ámbito empresario, es habitual en procesos de selección de personal realizar una primera investigación del perfil de una persona, usando facebook como medio de búsqueda.

La red permite que nos agrupemos por profesión, universidad, clubes, pudiendo intercambiar intereses.

Es una herramienta increíblemente útil aplicada a la educación, para reunirse con amigos, dar a conocer un trabajo,  pero ¿que pasa con las parejas?

¿Cómo es la frontera que separa la vida privada de la pública? ¿Cómo es la intimidad de las parejas actuales? ¿Qué está pasando con la confianza?

Entre la identidad real, digital y virtual. ¿Cuáles son los límites?

Buscando información sobre este tema encontré  una investigación realizada en la Universidad de Guelph, en Canadá,  publicado por el “CyberPsychology and Behavior Journal que afirma que el 95 % de los cibernautas busca a sus ex en la red, provocando  brutales escenas de celos en la pareja actual. Brenda Wiederhold, directora del estudio sostiene: “cuanto más tiempo pasa la gente en Facebook, más probable es que sienta desconfianza por su pareja y que use la red para buscar información adicional que pueda alimentar una eventual celotipia. La bola de nieve cada vez se hace más grande y puede volverse adictiva”.

Mientras que el Reino Unido una encuesta publicada en El Universal, en febrero de este año revela que muchos jóvenes menores de 30 años prefieren romper con su pareja a través de las redes sociales; simplemente le dan a conocer a su novio que quieren terminar cambiando su estado de “en una relación” por “ya no está en una relación” y aseguran que las usan para ver los actuales romances de sus ‘ex’.

Además, la web Lovehearts.com demostró que las parejas que permanecen juntas por largo tiempo utilizan Facebook para documentar sus relaciones, y darle a conocer al mundo que están felices viviendo un noviazgo.

Para asesorarme aún más observé que, entre mis conocidos y consultantes, muchos inician una relación amorosa perdurable y sana por este medio.

Mientras que respecto a mirar que hace el novio o el ex o la ex, (es igual entre hombres y mujeres), a través de las redes sociales, están dentro de esas encuestas, confiesan que frecuentemente buscan sus nombres y que han tenido problemas con sus parejas por los mensajitos en el celular o en facebook, que son sacados de contexto.

Muchas veces un mal entendido sirve para que vuele la imaginación y lleve a la pareja a su fin.

¿Quién está en falta? ¿El que lee el mensaje que corresponde a la intimidad de su pareja o el que no borra un mensaje? ¿Ambos son responsables? ¿o víctimas de un error que genera desconfianza?

Cuando surge esto, en la mayoría de los casos, se vuelve una obsesión controlar los movimientos del otro, ya no alcanza con  revisar  mails y celulares, sino también los bolsillos y las camisas, cajones y carteras,  falseando datos,  como queriendo sacar de mentira a verdad.

Internet nos da la posibilidad de “aparecer y desaparecer”, de integrar o eliminar, de fingir  que no funciona bien para no saludar.

En síntesis: como toda herramienta depende de quienes la usen y que hagan con ella.

Estas maneras nocivas de comunicarnos favorece la irresponsabilidad, falta de compromiso, baja autoestima al no dar a conocer quienes somos realmente, y no poder expresar nuestras emociones adecuadamente.

Tengo la esperanza de que podamos superar el impacto por la novedad, la curiosidad y la intriga de buscar a otro  y aprendamos a crear conocimientos para compartirlos mediante estas fabulosas redes sociales.

En muchos países, se esta utilizando la tecnología como herramienta para la psicología, para ayudar a afrontar diferentes situaciones.

Vamos hacia una mirada integradora del ser humano, un pequeño comienzo, un gran avance que se verá en años, espero que no muchos.

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