Es necesario recuperar, más allá de toda circunstancia,
el valor del tiempo que estamos con nuestros seres queridos.
En las buenas y en las malas, es fundamental dedicarnos con atención, interesarnos por su salud, sus preocupaciones, sus pasiones.
Demostrarles que no nos da igual verlos, que hablarles o chatear.
Aquí, mi colega Beatriz, relata sus recuerdos por situaciones que le tocó atravesar y nos anima a transformar el dolor en AMOR.
“APRENDER A CUIDARNOS CUANDO TENEMOS QUE CUIDAR”
Estaba pensando con cuanto amor cuidé a mis seres queridos en las ocasiones que me tocó, y quería compartir, socializar, y expresar por este medio algunas reflexiones.
No es tarea fácil asumir el cuidado de una persona querida que se encuentra padeciendo una enfermedad o en estado de vulnerabilidad, y con pronóstico de difícil recuperación.
Muchas veces nos enfrentamos con una realidad, que nos puede colocar en un estado de impotencia, pero que al mismo tiempo sentimos que lo tenemos que hacer.
Si lo tomamos como un “privilegio” será mejor que hacerlo como una obligación moral o ética, o con escasos deseos de afrontarlo, o con una actitud negativa que sólo nos inspira sentimientos de “rabia”, “indefensión” y “dolor”, porque cuando alguien que fue fuerte y sano, se debilita, no podemos aceptar su quiebre, nos produce “bronca” con la situación, que generalmente se deposita en la persona a nuestro cuidado.
Lo tomamos como algo ajeno a nosotros, lo que nos ubica en la “no aceptación” de lo que la vida nos presenta, y es aquí donde llega el momento de descubrir que debemos cuidar la energía, sin agotarla en “pelear contra la vida”:
.comprender.
.aceptar
.trascender
Son pasos muy necesarios e insustituibles, en el proceso de “cuidar”. Viktor Frankl psiquiátra que sobrevivió a los campos de exterminio nazis expresó su pensamiento al respecto, sosteniendo que lo único que no te pueden quitar por más terribles que sean las condiciones de vida es “tu elección de cómo vivir y afrontar lo que te sucede”.
Creo que es una excelente manera de ver las cosas, y que te ayuda en el proceso de aceptación.
¿Cómo cuidarnos?
– Gestionar los tiempos
– Superar los sentimientos de culpa, expresándolos y analizando sus causas.
– Reconocer limitaciones
– Pedir ayuda o apoyo psicológico, para sobrellevar la situación.
– Transformar sensaciones de ansiedad o vacío en alivio.
– Proponerse metas realistas.
Serían algunas claves, para que el dolor no se convierta en angustia insostenible, que termine con nuestras fortalezas, agotando nuestras energías, y finalizando con un “descuido personal”, que nos lleve a no poder continuar con la tarea de “cuidar”.
Los gestos de cariño acercan y alivian ambas partes: el abrazo tiene efectos milagrosos, hagamos el esfuerzo a pesar de todo, vale intentarlo, es sanador porque proviene del amor, y la persona a nuestro cuidado sentirá sus efectos, pudiendo aceptar con mayor comprensión lo que le está sucediendo.
El amor es el fundamento de nuestra existencia. Se trata de una emoción fundamental que podemos detectar en todos los seres vivos, y en el devenir de las relaciones. Es una característica de la convivencia humana, nos abre la posibilidad de reflexión, y nos permite visualizar al otro en su legitimidad, el otro cobra una presencia, con lo cual se establece una relación de respeto.
Entonces tratar a un enfermo con amor, cobra sentido humano, y nos aleja de sentimientos negativos .
Lic. Beatriz Cruces
Terapeuta Familiar – Trabajadora Social – Asesoramiento a Terapeutas – Múltiples Miradas