A veces, algunos, pensamos que la vida nos pertenece, que podemos hacer con ella lo que queramos. Pero, cierto es, que nosotros somos los que pertenecemos a la vida, que tiene sus reglas, y que el bienestar, armonía y la dicha surgen si reconocemos a quienes nos precedieron, y nos abrimos a intercambiar y transmitir lo recibido.
Bert Hellinger afirma que en todo sistema familiar existen lealtades que llevan a sus miembros a sufrir de manera absurda. Se trata de un “amor ciego” “arcaico o infantil” que lleva a la familia a perpetuarse en repeticiones de destinos trágicos.
En contraposición, existen ciertos órdenes que en compensación, conectan a los que siguen con la vida, otorgándoles poder y libertad para seguir su propio destino.
- Cuando el del hijo que, para compensar la marginación que sufrió algún ancestro, asume, inconscientemente, su mismo destino
- Cuando se excluye a un miembro de la familia por haber realizado algo “malo o indebido” como quedar embarazada sin casarse, por conflictos o enfermedad
- Es querer encargarse de los padres o enfermarse por lealtad a ellos, porque internamente se dice “mejor yo que tú”
- Quedarse soltero/a por cuidar y atender a los padres
- Rechazar a uno de los padres por lealtad al otro
- Estar resentido con los padres o cualquier otro miembro de la familia
- Dar de más en nuestras relaciones de pareja, haciendo al otro pequeño
- No respetando a las parejas anteriores de nuestra ex pareja
- Desacreditando a mi pareja delante de mis hijos
- No respetando el lugar de los hijos de un matrimonio previo de mi pareja
¿Qué son los Órdenes del Amor?
- Todos los miembros de una familia tienen derecho a pertenecer y ser parte: cada persona que ha pertenecido a un sistema, indiferentemente de lo que hizo o dejó de hacer tiene derecho a pertenecer. Cuando se le excluye, alguien más adelante se ve en la necesidad de representarlo con su propia vida.
- El que llegó primero tiene prioridad: Las parejas anteriores tienen una fuerza especial y deben ser vistas y reconocidas por los miembros posteriores. La relación de los padres tiene prioridad sobre los hijos, ya que gracias a esa unión fue posible la llegada de los hijos.
- Ante los padres los hijos siempre serán los pequeños y esto no significa que hay que hacer todo lo que dicen los padres sino que se debe honrar y respetar a los padres, tal y como son.
- Equilibrio entre dar y recibir: En toda relación entre iguales debe existir un equilibrio entre el dar y recibir. Dicho equilibrio no se cumple con los padres, debido a que éstos nos regalan lo más grande que se tiene “la vida” y esto no puede ser devuelto… sino que se tiene que tomar con todo nuestro corazón y pasarlo hacia adelante, hacia nuestros propios hijos o proyectos.
- Agradecer todo tal y como es: Cuando con humildad te inclinas ante la vida, respetando y agradeciendo todo lo que viene… la misma vida te bendice con mucho más… porque vives sin expectativas, ni exigencias.
Cuando empiezas a comprender y aplicar los órdenes del amor en tu diario vivir, ocupando el lugar que te corresponde y dando lugar a todos los que forman parte, sin emitir juicio, entras en sintonía con la vida, y hay espacio para la armonía en tus relaciones. Sólo ésto proporciona la paz y la sabiduría en tu corazón. Los Ordenes del Amor – según Bert Hellinger
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